sábado, 11 de octubre de 2014

Religión-espiritualidad

 Leo un artículo referente a la disyuntiva religión-espiritualidad (1), ayudándome a escribir sobre algo y reflexionar, a su vez, sobre el tema.

Como bien señala la autora de la entrada, desde que existe la concepción de un lugar más allá de lo físico donde no existe el paso del tiempo y van todos los seres que mueren (coloquialmente llamado "el Más Allá"), aparece la disyuntiva entre lo que es denominado "religión" y "espiritualidad". Entiendo como religión un sistema de valores morales que se vertebran más o menos racionalmente en las divinidades, y que dependen de esa supuesta existencia divina para plasmarse, desde el mundo de las ideas, en el mundo real. En mi opinión, la espiritualidad es la búsqueda de cuestiones metafísicas (no necesariamente divinas) sin necesidad ni de credos establecidos ni conductas morales establecidas, así como tampoco un camino a seguir. El colectivo y el individuo vinculados a una fe.

Planteo entonces la disyuntiva como algo puramente social más que religioso. La religión es un método más para cohesionar a la comunidad, un ideario en el cual se pueden llegar a reconocer una serie de individuos más allá de sus diferencias económicas o políticas. Un político rico, un gran empresario, un campesino y un oficinista que crean en X dios se verán y reconocerán como una misma comunidad. Pero es, a su vez, un arma de doble filo, pues es más fácil controlar al amplio espectro social, delimitar su pensamiento, llevarlo por el camino del interés del colectivo religioso más fuerte. Siempre me ha hecho gracia, y he encontrado muy acertado el símil cristiano del pastor y sus ovejas. Sin embargo, la espiritualidad está más enfocada a la individualidad, a la reflexión introspectiva. Es una visión propia de los conceptos metafísicos, aplicados a las normas propias y al sistema moral de cada uno. Es más difícil de controlar, pues incluso es suficientemente fuerte como para combatir a la fe establecida. Curioso que muchos ascetas y los llamados protestantes (en el caso cristiano) tengan un comportamiento espiritual más fuerte que la media.

El ser humano, desde que tiene noción del paso del tiempo y construye concepciones en esta línea temporal, ha imaginado entes metafísicas superiores a él. Los mitos sobre la creación del  mundo y de la especie, así como los que explican el por qué de cada sociedad, han ido moldeando la mentalidad de cada pueblo a lo largo de la historia. Y los grupos que han podido monopolizar no sólo estas explicaciones sino también parte del poder han conseguido marcar las pautas de comportamiento de los individuos. Por eso la espiritualidad, en mi opinión, es considerada un peligro, una herejía. Porque se piensa diferente, aunque no se niegue a la divinidad y se crea de una manera más intensa sin caer en el dogma o creer en otras fuerzas metafísicas. Porque es un signo evidente de resistencia. Una búsqueda de la libertad sin dejar de banda la fe.

Para mí, la espiritualidad es un paso, dentro de la fe, para llegar a la comprensión humana y una búsqueda de libertad diferente a las laicas.


(1) "¿Religión o espiritualidad?", artículo de Marta Marcè en Piensa es Gratis.

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