domingo, 26 de octubre de 2014

Pequeñas destrucciones culturales

Jorge Javier Vázquez en "Sálvame Deluxe"
Se ha mitificado y llenado de tópicos muchos episodios relacionados con grandes persecuciones y represiones intelectuales, incendios importantes de bibliotecas y destrucción de archivos, y silencios intencionados y más o menos perpetuados en el tiempo por las esferas de poder. Son hechos que lamentablemente han sucedido a lo largo de la historia y han causado un enorme impacto negativo en la construcción de una humanidad más preparada para entenderse a sí misma y a todo cuanto la rodea. Pero, en mi opinión, hay (y ha habido) pequeñas destrucciones culturales que son igual de mortíferas que las primeras pero que, debido a su escala reducida, no se detectan o no se les da importancia.

A las pruebas me remito:
  • La transformación de la televisión, medio de comunicación serio, en telebasura. Programas de cotilleo como el que abre esta entrada ("Sálvame Deluxe" para los amigos, emitido los viernes por la noche) son el claro y obvio ejemplo de degradación de la pequeña pantalla. Nutrido por el morbo inherente al ser humano, el cotilleo se ha canalizado hasta las cotas más altas de extensión. Es el mismo proceso que con la comida rápida: se ha deteriorado el concepto de gastronomía. Si la TV podía ofrecer grandes cosas o, por lo menos, un contenido de calidad aceptable, la aparición e incursión de este tipo de publicaciones en el ámbito de los mass-media perjudica no sólo la calidad del canal en cuestión, sino también a la capacidad cognitiva del espectador en cuestión.
  • La irrupción de las pseudo-ciencias. Valiéndose de un discurso fácil, entendedor, y de la popularización del método científico, esta rama de la metafísica se nutre de falacias racionales para construir un discurso erróneo que, sin embargo, parece verdadero al estar correctamente argumentado. La conocida conspiranoia ayuda al surgimiento de todo este entramado de calles oscuras sin salida, pues le añade el factor sentimiento // populismo, importante para la difusión de cualquier idea, sea verdadera o falsa. En mi opinión, lo único bueno que tienen es que, al menos, incitan al personal a investigar, a ser curiosos, a formularse preguntas racionales, así como una buena construcción de ficción (realmente interesante para crear un buen guión fantástico y/o de ciencia-ficción). Sin embargo, pierden bastante en conclusiones surrealistas y tanto en la falta de fuentes fiables y hechos constatables al 100%. De ahí el lamentable argumento de que si los gobiernos nos esconden información, si nos manipulan por diferentes medios químicos, etc. Que realmente tales afirmaciones están en la frontera entre realidad y ficción. Un buen caldo de cultivo, sin duda.
  • Falta de educación, valores educativos eficaces, políticas educativas, etc. Con la excusa de la crisis, los recortes en enseñanza (junto con los derechos sociales y sanidad) se aplican con dureza. No hace falta extenderme en este punto demasiado, pues ya se sabe que sin un sistema educativo potente, eficaz, de calidad, no se puede ni construir una sociedad en condiciones ni se pueden formar individuos correctamente. Es un lamentable hecho que llevamos sufriendo desde bastante tiempo. Quiero creer que se puede evitar este proceso degenerativo. 
¿Hace falta que se quemen bibliotecas y se persigan a los intelectuales y disidentes culturales? Negar la educación argumentando falta de presupuesto y ofrecer, a cambio, un programa que no ofrece garantías y con contenidos deficientes me parece muchísimo más peligroso aunque llegue a ser menos vistoso.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario